jueves, 6 de enero de 2011

Cita con el Destino

Cuando supimos lo que estaba pasando, era demasiado tarde para nosotros y demasiado pronto para cambiar las cosas que ya no se pueden cambiar.
Toda una vida de desencuentros fortuitos para esto.
Y aunque nos miramos en los ojos del mismísimo color del ansia no vimos nada. Nada.
Todo había pasado ya, y lo que veíamos era el eco de lo que ocurrió sólo en nuestros deseos de domingo por la tarde, sofá, mantita y tele mientras intentábamos burlar ese destino desatinado que nos ata a nuestras realidades de ocho a tres, en blanco y negro o en negro y negro pero sin atrevernos a cambiar la vida ni un ápice.
Sólo nos queda hacernos daño.
Y no quiero jugar a eso.

2 comentarios:

  1. En algunas ocasiones es preferible echar de menos que de más.

    ResponderEliminar
  2. Nunca es bueno echar de más. Te lo digo yo que soy experta en echar de menos. Pero creo que Aristóteles tenía razón y hay un justo "punto medio" entre echar de menos y echar de más.
    Como muy bien dice el Dr.P. "la calidad de vida se mide en cantidad de opciones"

    ResponderEliminar